jueves, 23 de octubre de 2008

CENTINELAS




“Al cabo de los días, la palabra de Yavéh me fue dirigida en estos términos: Hijo de hombre, yo te he puesto como centinela de la casa de Israel. Oirás de Mí la Palabra y les advertirás de mi parte a los hombres.“Cuando Yo diga al malvado: "Vas a morir", si tú no le adviertes, si no hablas para advertir al malvado que abandone su mala conducta a fin de que viva, él, el malvado, morirá por su culpa, pero de su sangre yo te pediré cuenta a ti.“Si, por el contrario, adviertes al malvado y él no se aparta de su maldad y de su mala conducta, morirá él por su culpa, pero tú habrás salvado tu vida.“Cuando el justo se aparte de su justicia, para cometer injusticia, Yo pondré un obstáculo ante él y morirá. Por no haberle advertido tú, morirás; él por su pecado, y no se recordará la injusticia que había practicado, pero de su sangre yo te pediré cuenta a ti. Si por el contrario, adviertes al justo que no peque, y él no peca, vivirá él por haber sido advertido, y tú habrás salvado también tu propia vida". (Ezequiel 3,16-)Con lo anterior se nos termina el viejo pensamiento aquel de que "cada quien haga lo que quiera. Yo no me meto. Para qué les voy a estar diciendo". Pero "somos centinelas" de la ética, de la moral. Somo guardianes del camino de la rectitud. Y la palabra del Señor dice: "Te coloco como centinela".El centinela es que el que está en lo alto, para ver primero el peligro, pero también las buenas noticias. Por eso, lo que no se le puede perdonar a un centinela es que no avise cuando pueblo va a ser atacado por el enemigo.Los descubrimientos arqueológicos han determinado que en ciudades antiguas estaban los cadáveres de centinelas en sus lugares de guardia, con la lanza en la mano. Por ejemplo, en Pompeya, que fue sepultada por la lava del volcán Vesuvio, todo el mundo corrió al sentir los terremotos, pero los centinelas no se movieron de sus puestos y allí murieron.Este es un gran compromiso que tenemos los cristianos. Jesús nos lo dijo con otras palabras: "Ustedes son sal y luz del mundo".Si no iluminamos con la luz de Dios, si no le damos el sabor de Dios a este mundo, éste pierde el camino y será responsabilidad nuestra.Cuántas veces nos quedamos callados y dejamos que los demás se pierdan en sus pensamientos. En nuestro hogar, a veces manda la música, manda el televisor, nunca damos una palabra, nunca corregimos un pensamiento.Los padres de familia somos los centinelas en nuestra casa, somos lo guardianes de la moralidad, pero si nos dormimos, ¿cuántos enemigos entrarán?

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